El Valle Oscuro

                              

                                                   

        Okinawa, Japón, Segunda Guerra Mundial.

Momoko Akiyama es la hija de un matrimonio de intelectuales. Sus únicas preocupaciones son: los disidentes políticos que llegan a su casa de noche y se van de noche, las escapadas de su hermano los miércoles de madrugada y el acoso escolar.

Jun Kobayashi, la hija del sepulturero, es violentamente tímida y a duras penas puede pronunciar una frase sin tartamudear. Pero todo lo que creían de su mundo pronto cambiará para siempre.

Con una carta de alistamiento. 

Con una mentira.

Con una traición.

Con un hombre escondido en un arcón.

Con la guerra llamando a sus puertas.

Este libro fue una de mis adquisiciones en la Feria del Libro en Madrid, donde tuve la maravillosa oportunidad de conocer a Andrea Tomé y tener este libro firmado por ella con una hermosa dedicatoria.

Me ha sorprendido muchísimo la historia, para bien, ya que puedo decir sin ninguna duda que no me he aburrido en ningún momento.

Lo mejor de este libro, a pesar de la increíble historia que tiene, es la cantidad de palabras japonesas que nos muestra. Pienso que ha sido muy impresionante ya que estas palabras, de alguna manera, te introducen de manera más intensa en Japón. No sólo eso sino que además llegas a aprender muchos términos japoneses como: Ikiryo (fantasma viviente), kaika (luces fantasmagóricas), yamamba (bruja de la montaña), yurei (fantasma)...Y MUCHAS MÁS.

En cuanto a Momoko, puedo decir que es uno de los personajes, de todos los libros que he leído, que más cosas ha soportado. En tan poco, ha tenido que enfrentarse a los horrores de la Segunda Guerra Mundial con tan solo 16 años de edad. A veces, ha tenido sus rabietas pero es normal ya que sigue siendo una adolescente y todo el horror que sufría ha tenido que ocultarlo.

Por otra parte, desde la perspectiva de Jun, he podido ver la clara distinción entre ella y Momoko. Ambas tienen la misma edad pero no la misma posición social y Jun es la que más padece de necesidades. Es un claro ejemplo de cómo las adolescentes y niños de aquella etapa tenían que recurrir a trabajar en las fábricas produciendo armas para ganarse un mínimo sustento con el que sobrevivir.

Pero todo esto no ha podido evitar que la amistad (y algo más) surga entre ellas dos. Es más, juntas han podido hacerle frente a las fatalidades.

Andrea Tomé ha sabido revivir y ambientar Japón en la Segunda Guerra Mundial, la sociedad, la situación...TODO. Me ha metido de lleno en el siglo 20, tanto que no he podido evitar llorar un montón de veces.

En definitiva, gracias a este libro voy a atreverme a leer más libros ambientados en la Segunda Guerra Mundial. Ha sido una experiencia asombrosa y realmente Andrea me ha conquistado.